Viendo el veterano y carismático reparto que compone esta producción británica uno espera grandes actuaciones con diálogos brillantes. Y efectivamente los actores están al alto nivel interpretativo que se espera de ellos, pero la mayor parte del texto que deben ejecutar es solamente palabrería y charla vacía, llegando a parecer una copia barata de películas escritas por Guy Ritchie en sus inicios, o incluso Quentin Tarantino, en un intento de otorgar un toque real y campechano a un situación poco convencional, que en este caso solo sirve como mero relleno de una película que acaba hastiando mucho antes de llegar a su ecuador. En definitiva, una ausencia alarmante de talento tras las cámaras que no sabe o no quiere aprovechar el talento que tiene delante de ellas.
Mi puntuación: 3/10
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