No llegan desde otra dimensión o tiempo, ni de un lejano planeta, son terrestres, coetáneos y bien reconocibles. National Geographic los persigue más que un paparazzi a la Pantoja; son caimanes, los cocodrilos del otro lado del charco, con sus besos dulces y simpatía natural. El galo Alexandre Aja, muy versado en epopeyas sangrientas, los convierte en la amenaza de una joven nadadora y su padre, así que, nada nuevo en la idea o en la ejecución. Lo que a priori podemos esperar es lo que se nos ofrece, un ejercicio competente de tensión y suspense en menos de noventa minutos, con mucho de claustrofobia y algo de ejemplar superación personal. Da igual si es un alligator, un tiburón, un lobo o cualquier otra alimaña, como ya hemos visto tantísimas veces, si se pasa un buen rato y nos despierta el apetito ya nos vale.
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