Aunque con más dificultades que la gay, la visibilidad lésbica también se instala en el cine, y pocas veces desde un punto vista esperanzador para este colectivo. Este es el caso de la producción de la que nos ocupamos. Centrada casi totalmente en sus dos protagonistas, Weisz y McAdams, ambas en estado de gracia, el entorno intransigente de una comunidad judía ortodoxa es lo de menos, podría haberse situado en cualquier época y ámbito de represión religiosa o social, lo importante es la resistencia del "diferente", el empeño de ser lo que uno es pese a las dificultades y los prejuicios. Más allá del mensaje hallaremos una película austera que se queda a medio camino pese a sus buenas intenciones.
Puntuación @tomgut65: 6/10
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