Siete capítulos con una media de sesenta minutos cada uno hacen de esta miniserie de Netflix una larga película en la que tienen cabida todos los tópicos del Oeste, y que destaca por un imponente diseño de producción lleno de decorados sucios y realistas con preciosas localizaciones desérticas. Pero lo realmente importante son los personajes, en su mayoría mujeres, de quienes episodio tras episodio, y con mucha calma, vamos conociendo su presente y su pasado.
Aún así, y aunque de entrada pueda parecer un wéstern feminista, el protagonista sigue siendo un hábil, masculino y proscrito cowboy, cuyo drama personal centra una historia donde las subtramas de dos mujeres decididas y valientes, interpretadas de forma sobresaliente por Merritt Wever y Michelle Dockery, son las que más enganchan y en las que por desgracia no se profundiza tanto como nos gustaría. Resumiendo, una serie con un guión denso que puede fatigar, pero también llena de grandes actuaciones y momentos muy intensos que mejora conforme se acerca a su encarnizado desenlace.
Mi puntuación: 7/10
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