La transición a la madurez a través de las relaciones familiares, los estudios, los amigos y diferentes vaivenes cotidianos de una chica de diecisiete años es lo que encontraremos en esta película de cine muy independiente, y aún más americano, que no cuenta nada especialmente trágico ni trascendental, lo cual facilita sentirnos identificados con los problemas reales de una familia de clase media tirando a baja. Durante hora y media asistimos a varias situaciones cotidianas, centradas sobre todo en la relación madre e hija, de dos actrices en estado de gracia que desbordan naturalidad, rodeadas de un elenco lleno de personas físicamente reales con comportamientos coherentes en cuyos problemas todo sea dicho, tampoco se profundiza demasiado. Una escueta comedia dramática, que para bien o para mal, no provoca sentimientos malos ni buenos.
Mi puntuación: 6/10
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