martes, 27 de febrero de 2018

Cincuenta sombras liberadas

Cierre de esta trilogía romántica con pinceladas de thriller, que no deja margen para secuelas, y que en esta tercera entrega se vuelve más intrascendente que nunca, ya que en sus sesenta de los cien minutos que dura, apenas ocurre nada más allá que mucho sexo ligero y visualmente reluciente. Y es mejor que sea así, porque los momentos de más intriga y tensión se resuelven torpe y precipitadamente, convirtiéndose en una película enfocada simplemente en darle un final a una pareja que mantiene la misma línea de toda la saga: él desaprovechado aunque convincente causando inseguridad en el público masculino, y ella insípida y funcional provocando amor y odio entre las espectadoras. 

Pero que no es engañen las malas lenguas, esto es pura ficción, no estamos ante un documental realista que pretende dar lecciones a nadie de cómo deben ser las relaciones sanas de pareja, solo es una fantasía que casi nadie querría hacer realidad y que se puede disfrutar formalmente si obviamos gran parte del contenido. Tened en cuenta que Grey no es tan machista como dicen y es bastante más calzonazos de lo que parece. Y Anastasia es bastante caprichosa y menos ingenua de lo que aparenta. El mejor modo de salir de dudas es ver (o leer) la historia para poder opinar con conocimiento de causa, aunque si no lo haces tampoco te perderás nada del otro mundo.

Mi puntuación: 4/10



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