La fabricación en serie de miles de replicas de cuadros de Van Gogh que describe este documental es un hecho desconocido y sorprendente, pero una vez superados el impacto y la explicación iniciales, no se profundiza demasiado en el tema, centrándose en exceso en las divagaciones de los protagonistas. El estilo formal de dirección, que se limita a grabar diálogos y declaraciones de un modo convencional, no ayuda a meterse en la historia, al igual que la escasez de personas usadas para sustentarla. Por suerte el último tercio de la película toma un rumbo más personal que reaviva el interés aunque no evita quedarse con la sensación de que no los lo podrían haber contado mejor.
Mi puntuación: 4/10
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