Un verano cualquiera de una familia corriente sirve de hilo conductor para descubrir a través de los ojos de un niño, los cambios y las vicisitudes que sufrirán sus vidas y la propia región en la que viven. Esta mezcla de acontecimientos cotidianos y globales nos viene contada de un modo sutil y orgánico, complementándose perfectamente sin que resulte forzado ni partidista. Además el joven protagonista lleva con soltura el peso de la historia ofreciendo un actuación entrañable, y transmitiendo al espectador el asombro y la inocencia que desprende su personaje. Una muestra de buen cine que cuenta más con imágenes que con palabras sin caer en el dramatismo.
Mi puntuación: 7/10
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