Estamos ante la prueba definitiva de que el universo Sharknado no tiene límite, ni en la cantidad de semi famosos que aparecen en sus películas ni en las absurdas tramas que se les ocurren a sus alucinados guionistas. Esta vez el apocalipsis escualo se cierne sobre el planeta entero, afectando multitud de países a un nivel que debéis ver, o mejor no, para creer. El problema es que lo que originalmente era una parodia del cine catastrófico se ha convertido en una parodia de sí misma y de diversas películas clásicas con escasa gracia. Divertir divierte, eso sí, pero pocos argumentos más quedan para seguir viendo más entregas de esta saga, y aún así seguiremos haciéndolo.
Mi puntuación: 3/10
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