Expectativas altas tras disfrutar enormemente con Cube y Cypher, los dos anteriores largometrajes del director, por lo que la decepción ha sido aún más sonada. Como su propio título indica, la nada se adueña de la historia, y por desgracia lo hace en toda su magnitud, ya que las desventuras de sus dos descerebrados protagonistas provocan total indiferencia y aburrimiento, pese a la histriónica ambientación, y el acelerado ritmo de tonterías que se suceden. Ni las estupideces de sus dos únicos actores ni las disyuntivas filosóficas y morales que plantea la película arreglan un desaguisado tan intrascendente.
Mi puntuación: 4/10
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