En clave autobiográfica y como secuela de la muy anterior “Esperanza y Gloria”, John Boorman narra el servicio militar de los dos jóvenes protagonistas y sus primeros escarceos amorosos. De realización plana, casi telefílmica, pero con unas correctas interpretaciones, lo más destacable es la visión crítica del ejército británico, anclado en aquellos años cincuenta en vetustas y anquilosadas formas y aún muy marcado por la recién finalizada 2ª Guerra Mundial. El octogenario director inglés firma con esta cinta el que probablemente sea su testamento cinematográfico, pero se halla muy lejos de su cine atrevido e iconoclasta que tanto sorprendió desde finales de los sesenta hasta bien entrados los ochenta. Quizá la edad le ha amansado.
Puntuación @tomgut65: 5/10
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