Podríamos
dividir la película en dos facciones tal y como visten los personajes: la negra
y la blanca. La negra son los buenos, con sus trajes y entornos
oscuros que recuerdan la estupenda primera parte, con actores creíbles
y de calidad. En el bando blanco tenemos a un cargante Kevin Bacon rodeado de
personajes casposos, ambientación hortera y situaciones estrafalarias que no
acaban de encajar. Así que dejando de lado los errores de continuidad y las
licencias creativas que se han tomado, tenemos acción bien rodada con un
argumento sólido insertado en un marco histórico, que a pesar de las buenas
críticas que recibió, se hace excesivamente larga y falla en su intento de
convertirse en la mejor de la saga.
Mi puntuación: 5/10
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