Se podría decir que esta película trata sobre la superación personal o más bien sobre "déjate de tonterías y madura", todo narrado de un modo seco y duro pero que sabe llegar al espectador sin caer en recursos fáciles. El gran trabajo conseguido se debe en gran parte a los actores y sobre todo al talento de Edward Norton que, como es habitual en él, nos muestra las dos caras de su personaje de una manera convincente y desgarradora. Un clásico de finales de los noventa que no deja indiferente a nadie y que debería ser de visionado obligatorio para los adolescentes de hoy en día.
Maravillosa película. Imprescindible. Eso sí, tiene momentos muy duros. Ese momento dientes-en-la-acera... me da escalofríos cada vez que lo recuerdo.
ResponderEliminarSaludos.
Yo cada vez que veo esa escena espero que alguien lo detenga, pero nunca ocurre. Sólo con pensarlo se me pone la piel de gallina... Un saludo.
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