Una de las temporadas más anodinas hasta el momento de esta serie que prometía tener más chicha y estrellas de relumbrón que nunca y sin embargo se ha recreado en exceso en ciertos hechos sin acabar desarrollando otros que podrían haber resultado ciertamente interesantes. Si bien cabía esperar que la Reina, muy bien caracterizada por Imelda Staunton, iba a perder protagonismo en beneficio de los príncipes de Gales, lo que ha sido inesperado es que la crisis familiar que conmocionó los cimientos de la realeza británica en los noventa iba a ser tan descafeinada, incluso saliéndose del círculo habitual y retratando otras figuras menos monárquicas que tampoco han aportado demasiado.
En el lado más superficial tenemos a un Dominic West poco creíble físicamente en el papel del hoy en día rey Carlos de Inglaterra, en contraposición a Elizabeth Debicki, quien sí resulta convincente en todas las facetas posibles interpretando a Lady Di, sin duda lo mejor de esta quinta entrega. Por suerte, el principal culpable de la mayor parte de los bostezos que nos provocaron varios capítulos, la trama del HMY Britannia, nos los habremos sacado de encima de cara a la siguiente y última temporada, la cual tiene material de sobra para recuperar nuestro interés sabiendo la oscura tormenta que se avecina alrededor de la Casa Windsor.
Mi puntuación: 5/10
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