Audrey Hepburn, siempre adorable, y Cary Grant, jovial y algo granuja, formaron dúo prominente en una comedia de intriga al estilo de aquel 1963. Como al volante estaba Stanley Donen, maestro en ese género -y ante todo del musical, cabe resaltar-, y en la banda sonora Henry Mancini, nada podía salir mal. Pues así fue, tal conjunción de talentos brindó una cinta cómica y de enredo policíaco con toques de humor negro convertida de inmediato en clásico total. Es ligera hasta ser frívola, graciosa sin provocar la carcajada, pero mantiene la atención del espectador entre las idas y venidas de los personajes en una ciudad de París idealizada por aquello del glamour, la alta costura o la bohemia. Vamos, que es una película deliciosa e imprescindible, señoras y señores.
Puntuación @tomgut65: 8/10
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Muchas gracias por comentar!
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.