Suele decirse que la realidad supera la ficción, y los sucesos verídicos que nos relata esta producción británica lo hacen con creces. Y es que el hecho de que estemos ante una comedia no es fruto de que busquen un tono paródico o exagerado de los acontecimientos, si no que viene dado por las absurdas situaciones que la propia sociedad genera, y también por el excelente trabajo de su veterana y encantadora pareja protagonista: una abnegada y sufridora Hellen Mirren en contraposición a la estrella de la función, un tierno y dicharachero Jim Broadbent, quien nos deleita una vez más con una magistral actuación. Una película cuya grandeza radica en lograr un certero punto medio entre la sencillez, la simpatía y la crítica social.
Mi puntuación: 7/10
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