El éxito de crítica y público, y tal como quedaron los acontecimientos en la primera parte, hacían inevitable esta secuela que queda bastante lejos en originalidad y frescura de su predecesora. Para empezar, la anteriormente enigmática metáfora que rodeaba la historia de sus protagonistas está en todo momento sobre la mesa, y el emotivo mensaje que transmite ya ha sido explorado con más atino por otra franquicia animada de juguetes. De este modo, lo que nos queda es una aventura con desarrollo genérico, y salvo alguna sorpresa puntual, bastante previsible, que por lo menos resulta entretenida en su justa medida y que por supuesto sigue haciendo las delicias de los amantes de estos bloques daneses.
Mi puntuación: 5/10
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