Un tierno osito fenomenalmente animado por ordenador intenta robar nuestros corazones en esta producción británica que navega por las calmadas aguas del cine familiar sin sobresaltos ni sorpresas y con una buena cantidad de tópicos que sirven para que los benjamines de la casa aprendan la diferencia entre el bien y el mal e integren de manera poco disimulada valores bienintencionados como la aceptación, el sacrificio o la amistad. Y todo esto sería aún más relevante si no lo hubiéramos visto antes tantísimas veces, con formas diferentes pero con desarrollo calcado, deviniendo demasiado ingenua y previsible para un adulto, y excesivamente pomposa y parsimoniosa para un niño.
Mi puntuación: 5/10
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