Federico Fellini cuenta con varias obras maestras reconocidas como la que nos ocupa, expectativas que en esta ocasión juegan en su contra, ya que si no congenias con su particular estilo cinematográfico es difícil apreciar sus películas más allá de la superficie. En este caso tenemos un fabuloso trabajo de fotografía y una desgarradora puesta en escena que plasman a la perfección la decadencia de una época deprimente, pero la historia que sirve de hilo narrativo, centrada en su lastimosa pareja protagonista, no acaba de emocionar ni tocar la fibra del evidente modo que pretende. Quizás sea por lo poco que se profundiza en las motivaciones de sus personajes o por unas interpretaciones en las que Quinn brilla con rotundidad en contraposición a una ingenua Masina cuyo atolondramiento llega a provocar rabia. Sea como sea es un clásico impepinable muy representativo e ilustrativo del contexto histórico en el que se ambienta y se filmó.
Mi puntuación: 6/10
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