El cine vasco está en un formidable estado de forma y este thriller tan agreste como angosto es una firme prueba de ello. Su inquietante diseño de producción, fomentado por un lúgubre trabajo de fotografía, ponen las primeras piedras para conseguir sumergirnos en una historia de engaños y lucha de linajes a la que no se le puede quitar ojo, ya que está llena de detalles relevantes para entender su argumento. Asimismo, también resultan indispensables unas portentosas actuaciones llenas de matices, destacando por encima del resto a Eneko Sagardoy, sublime por partida doble, muy bien arropado por Itziar Ituño y Yon González, entre muchos otros. Pocos peros se le pueden poner a esta película, que resulta fascinante y perturbadora por partes iguales.
Mi puntuación: 8/10
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