Impepinable clásico del cine español que hace uso del humor ácido y de equívocos para ofrecernos una satírica crítica social de una época donde la diferencia de clases y la censura estaban en pleno auge. De este modo la película nos va mostrando de que manera diferentes familias acomodadas van ayudando "gustosamente" a los pobres, lo cual sirve para provocar una serie de gags de enredos y confusiones, a cada cual más histriónico, siempre con el personaje que da título a la cinta, y su dichosa letra hipotecaria, como hilo conductor. Cabe decir que pese a su concisa duración, algunas escenas se alargan en exceso, cayendo en la reiteración y frenando en ocasiones el vertiginoso ritmo que caracteriza una de las mejores comedias de la historia del cine español.
Mi puntuación: 7/10
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