Alvin York fue un condecorado soldado americano de la Primera Guerra Mundial, que Gary Cooper encarna en este biopic de manera extraordinaria, interpretación que le valió el primero de los dos premios Óscar a mejor actor principal de su carrera. Galardones aparte, no estamos ante una cinta bélica al uso ya que más de la mitad de su metraje se dedica a indagar en las motivaciones de su protagonista, todo ello de un modo apasionado, que de entrada parece exaltar la fuerza divina y la patria, para poco a poco ir dejando pinceladas de que ni la guerra es tan noble, ni los santos tan perfectos. Una excepcional introspección de los claroscuros de la esencia humana que no cae en maquiavelismos y que es capaz, tanto de entretener vertiginosamente como de plantear grandes dilemas morales.
Mi puntuación: 9/10
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