Tras su desastrosa séptima temporada, una de nuestras series favoritas desde hace años parecía haber levantado cabeza poco a poco hasta culminar con una notable y grandilocuente temporada once. Pero no ha sido más que un espejismo, y esta decimosegunda entrega de las aventuras de los hermanos Winchester es la peor hasta el momento, adoleciendo de una alarmante falta de ideas frescas. Esta vez han introducido dos tramas continuas, obviadas en la mayoría de capítulos, que se han ido cruzando con mayor o menor criterio, siendo una de ellas totalmente incoherente y metida con calzador.
Lo que no ha cambiado, y le hace subir puntos, es el arrebatador encanto de los dos protagonistas, apoyados menos de lo deseado por sus secundarios habituales, desaparecidos en combate ocupados con alargadas misiones paralelas. Tampoco hemos disfrutado de episodios paródicos especiales, que siempre han deleitado a los fans con los mejores y más divertidos momentos de la serie. Veremos por donde van los tiros en la siguiente temporada, cuya desafortunada numeración quizás sirva para inspirar a los guionistas o rematarlos definitivamente.
Mi puntuación: 4/10
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