La ordinaria vida de un hombre de cincuenta años se desarrolla entre broncas de su jefe por ser demasiado blando como cobrador del frac, las excusas de su madre para que le mande continuamente dinero y, ocasionalmente, la agradable visita a la librería que le gusta. Como colofón la diagnostican cáncer. La llegada de unos horribles monstruos espaciales cambiará el curso de todo esto. La serie B japonesa, o serie Z, no sé, nos sigue aportando cintas gamberrísimas de monstruos de gomaespuma y casquería visiblemente compuesta por las ristras de chorizos del súper. Yoshihiro Nishimura no nos da ni un segundo de tregua en esta muestra de excesos muy recomendable para los amantes del bajo presupuesto japonés.
Puntuación @SihayaKynes: 6/10
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