En dos mil catorce empezó esta serie que durante veintiocho capítulos ha desconcertado y asombrado por partes iguales mediante una premisa casi de ciencia ficción pero que en realidad es un estudio sociológico y psicológico del comportamiento humano que sirve para adentrarnos en los miedos y las absurdas reacciones de un cúmulo de personajes ante un hecho tan inquietante como inexplicable, lo cual es enfatizado por una absorbente banda sonora y una sublime fotografía que han sido elementos clave, y constantes en calidad, para transmitir sentimientos y sensaciones con la fuerza necesaria.
Todas las temporadas solo han sido el medio para llevarnos, de un modo casi catatónico, hasta una moraleja final sencilla, y directa a las entrañas del espectador, donde las escasas respuestas son innecesarias, ya que lo que realmente importa es el camino recorrido, y como lo han pisado de manera firme y convincente, dos de los grandes descubrimientos televisivos de los últimos años, Justin Theroux y Carrie Coon, que ahora deberán esforzarse para no desaparecer del mismo modo que hizo el dos por ciento de la población del ficticio mundo que sus personajes habitaron.
Todas las temporadas solo han sido el medio para llevarnos, de un modo casi catatónico, hasta una moraleja final sencilla, y directa a las entrañas del espectador, donde las escasas respuestas son innecesarias, ya que lo que realmente importa es el camino recorrido, y como lo han pisado de manera firme y convincente, dos de los grandes descubrimientos televisivos de los últimos años, Justin Theroux y Carrie Coon, que ahora deberán esforzarse para no desaparecer del mismo modo que hizo el dos por ciento de la población del ficticio mundo que sus personajes habitaron.
Mi puntuación: 8/10
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