El típico viejo gruñón de buen corazón es deconstruido en esta comedia sueca que mediante flashbacks profundiza en las motivaciones y el pasado de su anciano protagonista mientras nos brinda algunas alentadoras lecciones vitales. Estos inspiradores mensajes nos llegan mediante una inofensiva mezcla de humor blanco y negro, enfatizadas por la excelente actuación de Rolf Lassgård, que con su impertérrita seriedad consigue sonsacarnos una buena cantidad de risas. Una película sencilla que entretiene sin problema y que conmueve sin pretenderlo.
Mi puntuación: 7/10
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