Para ser una precuela directa de Star Wars. Una nueva esperanza resulta menos familiar en ambientación de lo esperado, aunque sin duda las mejores partes son los momentos nostálgicos que ofrece, unos más forzados que otros, y sobre todo un final sublime que compensa algún que otro desaguisado. Pero antes de alcanzar este clímax nos encontramos con la misma fórmula argumental de siempre, explotada hasta la saciedad en la saga, en la que no puede faltar el típico héroe en potencia o la espectacular batalla galáctica imposible. Una entrega tan atrayente para los fans como prescindible para el resto del público, que aún sabiendo sus fines comerciales, no podemos dejar pasar.
Mi puntuación: 6/10
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