Ir a la guerra sin tocar un arma es lo que hizo el héroe americano protagonista del nuevo trabajo como director de Mel Gibson, que huye de su faceta más conservadora para traernos un vibrante largometraje antibélico. Si bien el inicio es bastante descafeinado con todos los tópicos inimaginables del cine de guerra, lo que sigue a continuación es un derroche de emociones con algunos momentos de humor, pero ante todo una crudeza en el campo de batalla digna de las mejores películas del género. A todo esto hay que sumarle la excelente actuación del exSpider-Man Andrew Garfield, quien le saca provecho a su escuálido cuerpo para plasmar fielmente el apasionado mensaje de un personaje único y verídico.
Mi puntuación: 7/10
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