Como si se tratara de un capítulo de la tercera temporada de "Prison Break" la película nos sumerge en una cárcel mexicana dirigida por mafiosos y donde la suciedad, pobreza y toda clase de vicios están a la orden del día. En ese contexto veremos a un Mel Gibson deambular por pantalla con multitud de chistes sin gracia y rememorando su lejana época de tipo duro que ya no resulta creíble, y lo que como mínimo debería ser diversión sana y gamberra, se convierte en una espectáculo vacío, sin rumbo y por el que no merece la pena malgastar tu tiempo de ocio.
Mi puntuación: 3/10
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