Cuando las películas sobre Rocky Balboa parecían estar exprimidas hasta la saciedad nos sorprenden con una nueva trama en la que el hijo de Apollo se pone los guantes, y lo mejor de todo, lo hace de un modo convincente bajo la tutela de un Stallone, que fuera de la lona nos muestra su mejor versión como actor. Lo que nos cuentan es lo mismo de siempre, pero personalizado para la ocasión y teñido de homenaje, donde las referencias a las películas anteriores son continuas. Los típicos valores de humildad, superación y amistad se retoman en este largometraje que no desentona en la saga, mejorando incluso algunas entregas, pero que con unos cuantos minutos menos sería más llevadera.
Mi puntuación: 6/10
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