En el momento álgido de la lucha por los derechos civiles surgió este atrevido largometraje que empieza como una comedia romántica pero que progresivamente va ganando seriedad hasta convertirse en un película reivindicativa en toda regla. El punto fuerte, además de una historia coherente y bien hilada, son sus actores protagonistas, con un Sidney Poitier en el mejor momento de su carrera acompañado de unos suegros ficticios de alto copete interpretativo. Llena de situaciones divertidas, conmovedoras e incluso dramáticas, hurga en cierto tipo de ideales que por desgracia no están tan obsoletos en la actualidad como cabría esperar.
Mi puntuación: 7/10
A ver, creo que hay que tener en cuenta también la época en la que se hizo y todo lo que supuso para la alta sociedad una película así. Creo que aunque ahora (desgraciadamente) sigue teniendo gracia el hecho de ver la situación, en aquel entonces lo común era reaccionar como hizo el padre de ella al principio, de ahí el matiz crítico. Aún así estoy de acuerdo contigo en que resulta divertida, y creo que sirvió como precedente de muchas actuales.
ResponderEliminarPara la época que se rodó es todo un logro conseguir hacer una película de este tipo. El contexto es básico y hoy en día no tendría nada de especial tal y como estamos, aunque no tan bien como cabría esperar después de tantos años la verdad...
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