Un inicio espectacular lleno de suspense e intriga se va desvaneciendo a partir del ecuador de una película que se convierte progresivamente en una especie de telenovela con un trasfondo de crítica social y mediática bastante interesante. La solemne realización de David Fincher dota al conjunto de una sombría atmósfera perfecta para un thriller de estas características, pero no es suficiente para hacer que su previsible guión te sorprenda tanto como pretende. Además durante casi dos horas y media la trama avanza paulatinamente manteniendo el interés en todo momento para finalmente ofrecernos en un suspiro una resolución creíble pero un tanto precipitada.
Mi puntuación: 6/10