En la primera y segunda temporada de esta serie existía un mínimo de verosimilitud en los hechos que vivían unos protagonistas con los que se podía empatizar lo justo y necesario para no aborrecerlos. Todo esto se ha perdido en una tercera entrega que retuerce su argumento a base de situaciones absurdas llevadas al extremo y sin credibilidad alguna. Lo peor de todo son los comportamientos de los personajes, ya que ninguno de ellos goza de un mínimo de humanidad o sentido común, en un mundo lleno de malas personas donde nadie está salvo de la hipocresía, una crítica social que podría calar mejor si al menos alguien no resultara odioso.
Al menos se mantiene el formato escueto de la serie, tanto en número capítulos, seis, como en la duración de los mismos, veinticinco minutos, lo cual no impide que algunas subtramas se alarguen en demasía, introduciendo incluso un toque de thriller resuelto por las bravas que por suerte resulta estimulante de cara al futuro de esta ficción que pese a este altibajo, nos tendrá enganchados de nuevo en su siguiente temporada para que Jesus "Javier" Gutiérrez nos deleite con una buena dosis de vergüenza propia y ajena.
Mi puntuación: 4/10
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