Nunca sabremos como habría sido esta película sin los problemas de producción que sufrió y que su director Brian de Palma consiguió sacar adelante a pesar de todo. Lo que tenemos es lo que hay, y por desgracia deja mucho que desear, empezando por un desmotivado reparto surgido de Juego de Tronos que recicla viejas glorias con poco que perder, y lo peor de todo, un guión trillado a más no poder, con giros que rozan la vergüenza ajena y escenas en momentos clave que resultan cómicas sin pretenderlo. De Palma intenta compensarlo con su estilo clásico de realización y una anacrónica banda sonora que no acaban encajando en una película, en la que, siendo sinceros, no hay nada que encaje.
Mi puntuación: 3/10
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