miércoles, 1 de octubre de 2025

Los pecadores

Fusión de géneros: social, terrorífico y musical. Del primero veremos reflejada en pantalla la comunidad negra sureña en los años 30, las plantaciones de algodón, el racismo ostensible que lo emponzoñaba todo y el Ku Klux Klan como una amenaza cierta y constante. El terror en forma de unos vampiros que aparecen tal que una maldición atávica, algo parecido a un intento divino de probar la fe y la cohesión de esa población sometida y explotada. La parte musical representada en el blues, expresión de dolor y esperanza que se remonta a los tiempos oscuros de la esclavitud y, al mismo tiempo, embebida de magia, de la blanca, pero no menos de la negra. En los tres ámbitos la película se desempeña con suficiencia: una estupenda ambientación que reconstruye verídicamente aquellos tiempos; en el fantaterrorífico ya es más convencional, de escasa originalidad y potencia sin ser desdeñable para nada. Dónde descolla la cinta es cualquier momento en el que la acción se recrea en la música, el mencionado blues suena a gloria, al puro talento armónico que bulle en las venas de una gente maltratada por la injusticia y los prejuicios, ahí es cuando cobra cumplido sentido el film de Ryan Coogler.

Puntuación @tomgut65: 6/10



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