Parecía que esta quinta temporada iba a encauzar el camino al desenlace final de la sexta y última, pero nada más lejos de la realidad, las cosas se complican, tanto a nivel global como personal, que no se atisba una posible solución a toda la maraña política, social y familiar que se ha generado. Y eso que la mayoría de personajes principales han ido evolucionando para cambiar nuestro propio enfoque de ellos, todo a través de giros en ocasiones dignos de telenovela, y con un eje central narrativo que por momentos parecía atascado y dar vueltas sobre lo mismo para remontar en una season finale rocambolesca.
Por lo demás, ya sea en calidad de producción y actuaciones, todo se mueve en las mismas aguas rayando a un alto nivel, con escasos cambios en reparto y localizaciones, y sin arriesgar en ningún aspecto. En definitiva, se podría decir que estamos ante una entrega de transición que recicla ideas primigenias de la serie para enfilar lo que debería ser un epílogo épico y que no tenemos ni la más mínimo idea de cómo acabará saliendo de semejante embrollo.
Mi puntuación: 6/10
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