Papel protagónico idóneo para Joaquin Phoenix, un actor experto, casi especializado, en encarnar a perturbados y desequilibrados, como en este thriller estiloso, alambicado en formas, pero directo en el contenido. Phoenix encarna a un exmilitar que dedica su vida a rescatar a menores de las manos de pervertidos y de traficantes sexuales. Un hombre endurecido, con un código moral férreo a pesar de hallarse roto por dentro, es decir, todo un caramelo interpretativo para el protagonista de Joker. La directora Lynne Ramsay impregna a la cinta de un vigor salvaje en las escenas de violencia, seguidas de silencios y ásperas miradas a un entorno inhóspito. Nada en la película es original ni diferente, no obstante, te agarra y no te libera hasta que aparecen los títulos de crédito.
Puntuación @tomgut65: 7/10
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