Después del éxito de It Follows, su director y guionista, David Robert Mitchell, se aleja del género de terror para traernos un thriller de suspense que bebe del cine negro de mediados del siglo veinte, con detective al frente incluido, lleno de influencias hitchconianas aderezadas con un toque David Lynch y otros referentes clásicos que atraparán a los más cinéfilos pero con suficientes elementos actuales como para enganchar también a los "millennials". Es cierto que puede provocar fatiga a cierto tipo de público dada su extensa duración y la lentitud con la que se desarrollan unos acontecimientos, que eso sí, no dejan de sucederse unos tras otros, y que intrigan hasta que se alcanza una inesperada, original y fulminante "verdad".
Mi puntuación: 7/10
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