A una primera temporada sorprendente y muy divertida le sigue esta otra que iguala, o incluso mejora, los registros humorísticos de esta sitcom tan costumbrista como natural, tan absurda como realista y tan desternillante como certera por lo bien que refleja algunos aspectos de nuestra sociedad. En esta ocasión, la búsqueda de nuevo hogar por parte de la pareja protagonista genera una serie tramas y subtramas que sirven para que ellos mismos, y una buena ristra de personajes secundarios, saquen a relucir las penurias de sus vidas sin que decaiga la fiesta en ningún momento. Una puesta en escena simple, unas actuaciones sobrias y un guion que saca petróleo a cualquier situación cotidiana, sirven para confirmar esta ficción como una de las mejores comedias del panorama televisivo español actual.
Mi puntuación: 7/10
