Desde Irán aterriza esta comedia negra en la que una asesino en serie de directores de cine sirve como excusa para criticar la situación política y social que viven los habitantes del país. Por desgracia, la historia que cuenta está deshilvanada, y a pesar de que empieza bien, con algún gag gracioso y todo, en su mayor parte nos dedicamos a ver a su cansino protagonista deambular por los mismos escenarios mientras se queja de su vida a las mismas personas una y otra vez. Una interesante idea que podría haber dado mucho más juego si se hubiera explotado más y mejor su humor negro.
Mi puntuación: 4/10
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