Muebles hinchables, pistolas, maldiciones, ajedrez, licor, parques infantiles y bolos han sido los leitmotiv de los siete primeros capítulos de esta decimosexta temporada culminando con el octavo y último que logra hacerte explotar la cabeza al ritmo de Roxette. Y es que estamos ante un hito de la historia de la televisión en el que por muchos años que pasen, y los que por suerte quedan, el nivel puede fluctuar para bien o mejor, pero nunca decae.
Para lograrlo la clave son las degeneradas ideas de unos quinteto protagonista que toca fondo, y todavía sigue cavando para caer aún más bajo. De nuevo han contado con la inestimable ayuda de varios secundarios míticos que logran aumentar el grado de "casposidad" y "cutrez", además de algún que otro invitado especial que se une a la fiesta para echar más leña al fuego. Todo lo que haga falta y más para que el Pub Paddy's siga abierto muchos años, aunque sea arriesgado brindar con los brebajes que sirven ahí.
Mi puntuación: 8/10
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