Costaría acertar quien está tras las cámaras si no fuera porque su nombre aparece en el propio título de la película, ya que el director de Snatch. Cerdos y diamantes o la más reciente Operación Fortune, reprime su eléctrico estilo visual y sus habituales diálogos verborreicos para poder contarnos con la seriedad necesaria una historia sobre lealtad, supervivencia y ante todo, humanidad. Quizás palabras demasiado grandilocuentes para un largometraje que no es para tanto ni pretende serlo, pero que logra su objetivo de meternos en la piel de sus dos excelentemente interpretados protagonistas y de transmitirnos tensión extrema en muchos momentos o de impotencia en tantos otros. Así que no os quedéis con lo que en apariencia parece vendernos su cartel o su tráiler, ya que es su trasfondo lo que la hace destacar en un mercado de streaming plagado de productos clónicos.
Mi puntuación: 6/10
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