Clásico
entre los clásicos del western, la enésima colaboración del mítico dúo formado
por el director John Ford y el impertérrito John Wayne ofrece algo diferente a lo que suele esperarse de este género para profundizar en los personajes y contarnos algo más trascendental y lleno de grandeza. A pesar de sus errores de "raccord" o fallos argumentales se alza
entre las mejores del oeste americano debido a su innegable épica, una historia
desgarradora y a ciertas escenas que se graban en la memoria del espectador. Y
es que las buenas películas sólo necesitan una puerta y un paisaje de cartón
para ponerte la piel de gallina.
Mi puntuación: 8/10
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