Remake de La masa devoradora de 1958, y claramente superior en los aspectos técnicos y argumentales. Mantiene el atractivo aroma de la serie B, unido al lógico toque ochentero, que la convierten en un más que digno producto de consumo palomitero, y tan legítimo como cualquier obra con ínfulas artísticas supuestamente superiores. Hay diversión a raudales, cierto, pero acentuar la vena humorística y jugar a contrastarla con el terror y el gore, ya muy logrados de por sí, la habrían mejorado sustancialmente. Y según parece está por llegar otra versión protagonizada por Samuel L. Jackson. Veremos si vuelve a haber suerte esta vez.
Puntuación @tomgut65: 6/10
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