Único largometraje en el que el director Christopher Nolan no ha intervenido en el guión, lo cual se nota en una convencional historia que se atasca en varias ocasiones, pero que rezuma el característico tono oscuro que tan buenos resultados le ha dado en posteriores películas. El duelo que mantiene su pareja protagonista resulta interesante, sobre todo por ver a un Robin Williams quien sorprendentemente aprueba con nota su drástico cambio de registro y que está a la altura de un incansable Al Pacino. A pesar de ser el peor trabajo hasta el momento del realizador inglés consigue un thriller efectivo y sin incongruencias.
Mi puntuación: 6/10
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