Parecía que en el subgénero del cine negro estaba todo inventado pero de repente aparece esta sacada de manga, que llegado a cierto punto, te hace explotar la cabeza. Difícil abordar los motivos por los que esto ocurre sin caer en el spoiler, solo decir que el personaje de Colin Farrell, interpretado con brillantez, es lo mejor dentro de una trama detectivesca de corte clásico, narrada sin prisa pero sin pausa y con mucha inteligencia. Cabe decir que si bien lo que la hace ganar puntos en originalidad se los puede quitar en credibilidad, pero aún así vale la pena disfrutar de sus ocho episodios de poco más de media hora, que enganchan con facilidad y se liquidan en un abrir y cerrar de ojos.
Mi puntuación: 7/10
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