Lo que de entrada parece un slasher al uso donde sus protagonistas suelen morir uno tras otro por circunstancias aleatorias, se revela, transcurrida media hora, como algo "diferente" y lo más importante, sorprende gratamente a un ritmo frenético. Además consigue sacarle todo el partido posible a la escasez de escenarios, actores y duración, gracias a una despiadada y ocurrente fórmula mortífera que se desata in crescendo hasta alcanzar un epílogo con diversos repuntes que no dejarán de asombrarnos. Si no se profundiza demasiado en la trama, ni en algunas inconscientes actitudes, y uno se deja llevar, se puede disfrutar/sufrir sobradamente.
Mi puntuación: 7/10
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