La decimosegunda parte de esta antología del terror gira alrededor de la maternidad y los sacrificios que deben hacer las mujeres. física, psicológica y profesionalmente, para engendrar vida. Para ello cuecen a fuego muy lento una historia con conspiraciones y sectas satánicas de por medio que se remonta a tiempos ancestrales, para plasmar una realidad actual. A base de personajes extraños y perturbadores y simbolismos más o menos evidentes, asistimos al ascenso hacía el estrellato de una actriz espléndidamente interpretada por Emma Roberts, una habitual de la franquicia a quien se le une, casi compartiendo protagonismo, el fichaje de Kim Kardashian, que pese a tener menos tablas interpretativas, se desenvuelve con mucha soltura.
Cabe decir que la huelga de guionistas partió por la mitad el desarrollo de esta temporada, lo cual se nota en una conclusión, mucho más precipitada narrativamente a como se había desarrollado en su primera mitad, con capítulos más cortos, tramas resueltas de forma abrupta o directamente dejando incógnitas en el aire, no se sabe si deliberadamente o por culpa de las circunstancias. Aún así, el mensaje que pretende, y en parte logra transmitir, lo hace hace con fuerza, sobre todo a base de una elaborada e impactante estética visual, y sin tapujos, confirmando el rumbo de crítica social que ha tomado la serie en sus últimas entregas.
Mi puntuación: 6/10
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