Fábula protagonizada por una fan de Star Trek, y autista para más señas, que acumula tal cantidad de buenos rollos y mejores sentimientos que la hacen poco recomendable para hiperglucémicos sensibleros. Más allá de estos conmovedores condicionantes en plan "Rain Man", y del factor trekkie con el que se intenta dar una pátina de originalidad a la historia, lo que queda es una peliculita simpática, agradable, con la inevitable moralina políticamente correcta, y que sirve más como un telefilm de sobremesa en un sábado casero que para coger el coche y acercarse a unos multicines de esos que tanto proliferan. No es imprescindible ser un gran conocedor de las aventuras del Capitán Kirk o el Sr. Spock para pasar un buen rato, así que, y a pesar de todo, merece su oportunidad.
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