David Cronenberg reinventa y perfecciona un clásico fantástico cuya premisa de ciencia ficción va mutando paulatinamente hacia un terror escalofriante y bastante repugnante. El mérito de esto último recae en unos espléndidos efectos especiales que a base de horas de maquillaje consiguen plasmar una horrible y muy realista transformación. La película más conocida de su director y de su actor protagonista, que no se anda con rodeos, sencilla en localizaciones, que no está alargada innecesariamente y que nos ha dejado escenas que nunca olvidaremos. Cine sin complicaciones argumentales del que deberían tomar ejemplo muchos cineastas.
Mi puntuación: 8/10
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